El Divino es uno de los Reinos que, al menos en mi experiencia, menos aparecen en las partidas y sagas de Ars Magica. Al menos en mi experiencia los jugadores suelen echarse a temblar ante cualquier mención de lo Divino y no es para menos pues hasta el más munchkinero de los magos sabe que cualquier confrontación con el poder de Dios es una batalla perdida para un mago de la Orden de Hermes.
Es por ello que los jugadores sueles dar media vuelta y correr en la dirección contraria cuando creen que una persona especialmente piadosa, un ángel o (¡Dios no lo quiera!) un santo pueden andar en las cercanías.
Lo cual es ciertamente una pena. Pues el cristianismo católico medieval es, por contra a la visión actual de la Iglesia fuertemente influenciada por el sesgo de la Ilustración, una fuente inagotable de interesantísimas y evocadoras leyendas que bien podrían formar parte de cualquier saga de Ars Magica.
Un ejemplo de un Divino más amable: la leyenda del perro santo de Lyon.
Así que para ayudar a perder el miedo hoy os propongo un santo muy particular que añadir a vuestras partidas. San Guinefort quien, como ya habréis deducido, tiene la peculiaridad de ¡ser un perro!
Aclarar antes de seguir que a pesar de su apelativo el lebrel no es, en el mundo real, un santo como tal si no un ejemplo de aquello que se conoce como “devoción popular” es decir aquellas supersticiones no canónicas que los fieles, con buena intención, pero poco conocimiento, generan motu proprio pero que la Iglesia no acepta.
La leyenda de este atípico santo aparece recogida a mediados del siglo trece por un dominico francés llamado Etienne duBourbon, Este aparte de escribir el Tractatus de diversis materias predicabilibus (un completo manual de referencia de las herejías de su tiempo) y ser uno de los primeros inquisidores también compiló decenas de exempla pequeños cuentos moralizantes. Entre ellos la historia (algunos dicen inspirada en un cuento gales de temática semejante) del buen perro Guinefort.
En esencia la leyenda habla que durante una cacería un caballero hubo de dejar a su hijo infante atrás para abatir una presa. Al volver no pudo ver al muchacho, pero Guinefort, el perro al que había confiado su guardia tenía cubierto de sangre el hocico y por todos lados había marcas de lucha. Temiendo que el perro hubiera dado muerte al niño lo mató con su lanza solo para descubrir al infante plácidamente dormido en un seto y bajo el cuerpo del perro el cadáver de una enorme víbora. En ese momento sonó el coro celestial y los ángeles revelaron que el animal había derrotado a la terrible alimaña que amenazaba al niño dormido. Gravemente afectado por su error el caballero hizo dar sepultura al animal y construir una capilla en el lugar para decir misas por su reposo. Al cabo de poco los labriegos de la zona empezaron a peregrinar a su tumba. Varios testigos dieron fe de milagros obrados por el can en favor de los infantes de la zona ya fuera mediante la curación de enfermedades heridas, la protección frente a peligros por parte de la aparición del can o la guía de vuelta al hogar de niños perdidos.
La cosa creció, y esto está atestiguado en varios escritos de épocas posteriores, que incluso se empezó a celebrar la fiesta mayor de tan perruno santo con una romería el 22 de agosto. Obviamente al obispo local, y al propio Etienne du Bourbon, todo esto les pareció una benigna herejía, pero herejía al fin y al cabo. Aun así parece ser que la superstición sobrevivió hasta casi el siglo XIX con los aldeanos de la zona dejando exvotos en las cercanías del lugar donde en el pasado se levantó la tumba del heroico animal.
Mirabilii beatus canis Guinefort
Así pues tenemos a un noble can que por su valor fue convertido en santo y que pudo obrar milagros para defensa de los más débiles. ¿Acaso no podría ser un PNJ en una de vuestras partidas? Para animaros a ello al final de este post encontrareis una propuesta de estadísticas para el bueno de San Guinefort y asimismo tres propuestas de aventuras en las que hacer aparecer a tan simpático ejemplo de lo divino.
Respecto a la ficha presentada al final de la sección un par de precisiones. En primer lugar, los santos de acuerdo a RoP: The Divine no tienen forma corpórea, aunque en el caso de San Guinefort este suele aparecerse en forma de un lebrel o galgo de color pardo, aun así ningún medio mundano puede dañarlo. En segundo lugar, la ficha está pensada a partir de la ficha básica para perros del manual, reduciendo el tamaño para representar un galgo.
Pasemos ahora a las propuestas de aventura:
- Primer milagro de San Guinefort: el niño perdido. El hijo de uno de los grogs, o acaso un joven aprendiz, se pierde en una noche de invierno. Los esfuerzos por encontrarle son inútiles y cuando ya se temen lo peor sus padres encuentras al niño plácidamente dormido. Guardándolo está el santo can Guineford a quien los sus padres y todas las gentes del lugar quedan muy agradecidas. Aun así una vez conocida su milagrosa actuación las gentes del lugar empiezan a reclamar su ayuda para todo y a comportarse de forma cada vez más irresponsable. Los niños salen sin abrigar en noches invernales, la gente no se fija donde deja las cosas y las acaba perdiendo e incluso los aprendices de la Alianza deciden jugar con magia peligrosa (para ellos) sabiendo que pueden contar con su rescate. Un cansado y estresado San Guineford acude a los magos para pedirles que le ayuden a poner algo de orden. ¿Qué ingenios mágicos pueden pensar los magos para ayudar al santo can? ¿O deberían ignorarlo egoístamente? Aunque quizás esa frialdad no siente bien al can, ni a sus superiores en la jerarquía celestial.
- Segundo milagro de San Guinefort: los falsos predicadores. Un trio de predicadores dominicos (u de otra orden en el caso de que por época o el lugar lo requieran) llega hasta la zona de la Alianza. Se trata de vendedores de indulgencias que despachan consuelo entre las almas atormentadas vendiendo esos perdones a precios más que razonables. Aun así, para sorpresa de la Alianza el Santo Guineford aparecerá en la propia sala del concilio de los magos para reclamar su ayuda. Está convencido de que se trata de demonios que embaucan a los pobres con perdones falsos para así asegurarse de que no reciban penitencia y absolución verdadera y al morir vayan derechos al infierno aun por faltas menores de largo tiempo atrás. El problema está en que el piadoso perro no tiene prueba alguna y de hablar con los predicadores estos, que son hombres doctos, señalarán a los magos lo irregular de la santidad del animal así como se mostrarán razonables y darán buenas explicaciones sobre su presencia en la zona quedando claro que son doctos en temas canónicos. Estos incluso señalaran que posiblemente aquel quien afirma ser un perro santo sea él mismo un demonio o un hada. Claro está que el bueno de San Guineford tiene razón y los tres predicadores son Abulé, Bertracón y Cadimeo tres demonios embaucadores que han desarrollado el astuto plan que el perro ha descubierto. ¿A quién creerán los magos? ¿Tendrán fe en el perro y verán a través de los engaños de los demonios? ¿O caerán en el error de creer a esos en apariencia sabios sacerdotes que tan amables y razonables parecen?
- Tercer milagro de San Guinefort: el concilio de los lobos. En los bosques de la alianza existe una ancestral corte feérica liderada por el rey de los lobos. Este señorea sobre toda su progenie de bestias unos poderosos lobos que son el terror del lugar. Aunque no buscan activamente hacer mal a la Alianza no es extraño que de vez en cuando algún incauto que pasea por el bosque tras la puesta de Sol o alguna oveja despistada acaben en sus fauces. Para sorpresa de los magos San Guineford, el perro, se aparecerá un día en las puertas de la Alianza y con bonhomía preguntará por las señas de la corte. A quien quiera escucharlo explicará sin malicia que en Italia un hombre Dios llamado Francisco ha animado a llevar la prédica del Evangelio a todos los animales incluido el “Hermano Lobo”. Así que el pretende convertir a esos lobos y convencerlos para vivir según la regla franciscana. ¿Está el divino can en sus cabales? ¿Deberías los magi ayudarle para poner fin al peligro que supone la corte feérica? ¿O hacerlo es invitar al Reino Divino a acabar con el poder feérico y quien sabe con la vis que produce el bosque?
San Guinefort el perro
Poder Divino 25 (recupera 8 puntos al día, todos los puntos en domingo o si un niño o niña en peligro le reza, en su festividad el 22 de Agosto dobla su puntuación de Poder)
Características AST 0 Per +2 Pre -4 Com 0 Fue 0 Vit +2 Des +1 Rap +2
Tamaño: -1
Personalidad: Leal +3, Temerario +3 Valiente +2, Honesto +2
Reputaciones: Leal 4 (local), Protector de los inocentes 4 (local)
Combate: Mordisco: Ini +2 Ataq +8 Def +7 Daño +1
Cualidades, virtudes y defectos: Capacidad Vocal, Depredador Persecutor, Sentido del olfato agudizado, Domesticado, Oído fino, Vigoroso, Temerario, Santo, Don del Habla,
Habilidades: Atención 3 (vigilar), Atletismo 3 (correr), Cazar 4 (rastrear con olfato) Pelea 3 (Mordisco)
Milagros:
Aparición (0 puntos): Permite a San Guinefort aparecerse en la forma de un galgo e interactuar con el mundo físico. Aun así las armas y demás implementos dañinos lo cruzan sin afectarle como si no estuviese ahí.
Expulsar demonios (1 punto): Con un poderoso ladrido San Guinefort manda a un demonio del que sea consciente de vuelta al Infierno con el rabo entre las piernas y temblando de miedo. Requiere superar el Poder del demonio con una tirada de Dado de estrés + Poder
El buen pastor (4 puntos): apareciéndose frente a un peticionario San Guinefort toma la forma de un galgo de color canela que desprende una reconfortante luz y calor para guiarlo hasta un lugar seguro (normalmente una iglesia o una capilla). Mientras esté bajo su protección el peticionario tiene u +10 a aguante y una Resistencia Mágica de origen Divino de 10 puntos.
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